Hay un recuerdo en mi bota

Un género impensado para el erotismo entre hombres es el western, ícono de la rudeza y la virilidad norteamericanas. Sin embargo, en “Extraña forma de vida”, Pedro Almodóvar toma varios de sus arquetipos y conforma con ellos un melodrama amoroso.

Aquí tenemos a Silva, el cowboy (Pedro Pascal), cruzando los desiertos enormes y montañosos, retratados en unas magníficas panorámicas. Silva llega al pueblo, polvoriento y precario como debe ser, para reencontrarse con Jake, el sheriff (Ethan Hawke), y las pasiones comienzan.

Puertas adentro, los hombres no tardan en revivir su pasado, ardiente veinticinco años atrás, aunque el presente los cruce por otro conflicto, que no voy a develar. Ni Silva ni Jake sienten culpa u horror de sentir amor o deseo hacia el otro. Sus diálogos pueden sonar hasta un poquito cursis, con esa afectación que surge del reclamo afectivo novelesco, pero que igual seducen al espectador, encandilado con la química de los protagonistas. 

Es un western porque hay rancho, polvo y secuencias de miradas a punta de pistola; y es un melodrama porque hay amor, reclamos y sensualidad. Hay mucha corporalidad, texturas, pieles, sudor; pero nunca es demasiado cuando de definir la pasión se trata. 

El sello Almodóvar puede verse en la puesta en escena bien sobrecargada en los interiores, con colores chillones, muebles y objetos por doquier. Un cuadro de Georgia O’Keefe, retratos e imágenes religiosas observando todo eso que es lo prohibido; algo que ya forma parte del manifiesto artístico del director. En este sentido, existe otro elemento recurrente dentro de su narrativa personal como autor, que se refleja en el personaje que retiene -o secuestra- a ése que ama, para así enamorarlo. 

La película, que fue estrenada en el último festival de Cannes, es presentada por Saint Laurent, lo que agrega un punto extra al señalar el vestuario como piezas artísticas que cualquier vaquero quisiera tener. 

“Extraña forma de vida” nos muestra dos hombres rudos, pero sensibles; solitarios, pero melancólicos. Es en ese juego dialéctico que se funda la idea de la película: el amor -junto con el sexo- trascienden géneros y estereotipos y ninguna convención puede evitarlo. 

Extraña forma de vida (2023)

  • Guión y dirección: Pedro Almodóvar
  • Con: Pedro Pascal, Ethan Hawke, Jason Fernández, entre otros.
  • Fotografía: José Luis Alcaine
  • Vestuario: Anthony Vaccarello para Saint Laurent.
  • Disponible en MUBI.

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