Rescate emotivo

Es sabido que el arte en cualquiera de sus formas es un medio expresivo que permite conocer la historia y la cultura de cualquier época. Tal es así, que la pintura, y su consecuencia evolutiva y tecnológica, la fotografía, son registros únicos que nos hablan, desde su quietud, de un momento particular que se cristaliza en el tiempo y que de alguna manera, lo vuelven inmortal.

Lo que quizás no es tan conocido es que muchos de estos registros -infinidad, me atrevo a decir, a lo largo y a lo ancho de este mundo- quedan ignotos, olvidados en los confines de alguna casa o baulera, escondidos o simplemente guardados, ya que sus autores desconocen el potencial que pueden tener.

Algo así sucedió con el trabajo fotográfico de Luisa Escarria y sus hermanas, quienes se radicaron en Argentina en la década del ‘50 huyendo de La Violencia colombiana. Siguiendo el oficio familiar, las mujeres instalaron un pequeño estudio fotográfico en su departamento de la Avenida Corrientes porteña y casi por casualidad, comenzaron a retratar a todas las estrellas de la época dorada del teatro de revistas.

El rescate del acervo fotográfico de Luisita también se dió por azar. Sol Miraglia, codirectora del film, encontró algo de este material mientras trabajaba en una casa de reparación de cámaras fotográficas y a partir de ahí, se acercó a Luisa y a sus hermanas y entabló una tierna amistad. A partir de aquí surge «Foto Estudio Luisita». Con el tiempo, Miraglia se volcó a ordenar, seleccionar y recuperar el enorme legado fotográfico de Luisita. Innumerables retratos de capocómicos, vedettes, actrices, cantantes: todos pasaron por el lente de la tímida fotógrafa, cuya calidez parecía ser la puerta de entrada para lograr imágenes únicas. 

La voz de la directora nos acompaña en este relato donde el fulgor de antaño se entremezcla con la austeridad y el recuerdo. Cajas grandes, pequeñas, con flores; debajo de los muebles, dentro de placares. La efervescencia de ese pasado habita fantasmal entre los retratos, las plantas y las mascotas. Las nuevas tecnologías también son un factor de inmenso atractivo, no sólo desde el montaje que nos ofrece el film, sino también desde la oposición entre las técnicas actuales y las viejas prácticas artesanales. Así es como Chela, una de las hermanas y mano derecha de Luisita, les daba el toque final a las fotos, retocando pincelada a pincelada con extrema puntillosidad. 

El documental registra el trabajo de recuperación de Miraglia, que se transformó en una muestra en el Teatro San Martín (y un par de años más tarde en el Malba), donde la puesta en valor es la premisa, pero el reconocimiento es finalmente el gesto sensible más importante.

El resultado es una película emotiva, de inmenso valor humano. Hoy la calle Corrientes no brilla como antes; hoy Luisita no está entre nosotros. Pero su trabajo no quedó guardado ni olvidado: es parte emblemática de nuestra cultura popular y nos muestra el alma de una época esplendorosa. Tal como ella quería. 

Foto Estudio Luisita (2018)

  • Dirección: Sol Miraglia y Hugo Manso
  • Guión: Hugo Manso
  • Fotografía: Sol Miraglia
  • Música: Guillermo Guareschi
  • Disponible en Mubi.

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