Historia de una reivindicación

Entender el germen de la maldad en los villanos arquetípicos del cine es casi un subgénero al que cada tanto vuelve la industria cinematográfica. Pero a pesar de que en este caso se toma algunas licencias poéticas, el resultado es siempre el mismo: elevar a la categoría de humano al maldito. 

Está bien que es imposible que una superproducción de Disney no lo dé todo para desencajar a Cruella del grotesco dibujo animado y transformarla en un ícono fashionista con sed de justicia y un pasado doloroso, lo que por otra parte, aleja a la película de la historia rosa familiar clásica de esta productora. 

De esta forma nos remontamos a la infancia de Estella, una niña un tanto díscola y rebelde al cuidado de su dulce madre. Una serie de sucesos trágicos llevan a la niña a aprender a vivir en las sombras, junto a dos amigos tan tiernos como bribones. Estella se encamina, gracias a su enorme talento y a una serie transparente de causas y efectos, a lidiar con su principal antagonista, la baronesa Von Hellman, y a revelarse a sí misma. Hay un juego de identidades que se irá disolviendo cuando ella entienda que ya no hay vuelta atrás, porque Cruella llegó para quedarse. Ya no habrá más exclusión ni servilismo. 

Cruella reclamará su lugar: no es una víctima. Ella sí tuvo que enfrentarse con la dureza del mundo y con una adversaria de carne y hueso, tan explotadora como cualquier empresaria oligarca que se precie. Porque la inescrupulosa baronesa la despojó de todo -como a todos los que la rodean- pero no sabe con quién se está metiendo. 

Y acá es donde nos deslumbra, nos sorprende, la admiramos embelesados con su despliegue de talento y su veta tan disruptiva. Quiebra el sentido tradicional de la moda como estética y va más allá de la vanguardia, inspirada por las contraculturas de un Londres de fines de los ‘70. Es punk antes del punk, es trash antes del trash. La banda de sonido es otro elemento que delinea absolutamente la personalidad de Cruella, para escuchar a alto volumen: The Clash, los Stones, Blondie, son sólo algunas de las bandas que forman parte del soundtrack. 

A tono con la increíble y maravillosa puesta en escena, la vertiginosidad y el desparpajo de todo el relato se benefician con los movimientos de cámara y planos secuencias que enmarcan la acción y que nos sumergen de lleno en las andanzas de estos divertidos personajes y sus respectivas mascotas. 

Creo que a partir de aquí Cruella no volverá a ser la misma para nosotros. Dejamos atrás las versiones de villanas de oscuro corazón y tapados de piel de perrito para darle la bienvenida a la anárquica e innovadora Cruella. Una mujer antisistema y con el pelo bicolor. Un ejemplo de resiliencia -excesiva, quizás-, nacida para marcar tendencia. Y que, por supuesto, no anda matando dálmatas.

Cruella (2021)

  • Dirección: Craig Gillespie
  • Guión: Dana Fox, Tony McNamara
  • Fotografía: Nicolás Karakatsanis
  • Música: Nicholas Britell
  • Con: Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, John McCrea y otros.
  • Disponible en Disney+

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