«El banquete»: cómo flotar en el desastre

Suele decirse que la ficción exige que suspendamos nuestra incredulidad por un tiempo: hacemos de cuenta que creemos que los actores sobre el escenario no nos ven mirándolos desde la platea, que podemos leer los pensamientos de un personaje en las páginas de un libro, o que podemos seguir los pasos de los protagonistas desde una película como un dios volador.

Pero si «El banquete» nos pide que suspendamos nuestra incredulidad, nos pide demasiado. Por eso, me sorprende que esta película se presente como un thriller de humor negro, porque si la tomamos como una película de género, es un desastre. Por el contrario, si la vemos como una película que nos pide que no le creamos nada, que nos muestra todo el tiempo las costuras, se convierte en un ejercicio de humor absurdo que no puede dejarnos indiferentes. Supuestamente, la historia es la de un actor que por protagonizar una película sobre un fiscal asesinado (no sé si les suena) es amenazado e intenta alejarse de la mirada pública en un yate utilizado como bulo por los políticos (quizás también les suene). Pronto descubre que ese aparente refugio es en realidad una trampa.

Pero la verdadera trampa es la que se tiende al espectador, con esta trama político-policial que va a derivar en cualquier otra cosa, que deja al espectador pensando «¿qué estoy viendo?» Quizás por eso los comentarios que leo sobre la película hablan del esfuerzo de la producción o de los escenarios naturales donde fue filmada, porque es difícil decir algo sobre el contenido de esta película que no tiene ningún sentido, y que en ese sinsentido, en esa absoluta ridiculez tiene su mayor valor.

No, no es una película mala que les salió bien de casualidad, es una película que lleva al extremo todos los estereotipos (desde el mafioso asesino hasta el monstruo benévolo o el hippie con osde) y los pone a jugar entre sí. El único estereotipo que no se respeta, el de la influencer egocéntrica, permite que la acción avance más allá de la casualidad, y que exista algo por fuera de la pura maldad. Esta película es un caos para un país en caos, donde hay una mirada luminosa y optimista, pero no sé si eso también está entre lo que no deberíamos creernos.

El banquete – Deseos impunes (2024)

  • Dirección: Federico Badia
  • Guion: Emiliano Cisneros, Juan Francisco Correa
  • Fotografía: Daniel Jonathan Ring
  • Con: Emiliano Carrazzone, Agustina Fernández Cambra, Manuel Martínez Sobrado, entre otros.
  • Disponible en cines.

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