Lamentablemente estoy llena de prejuicios y para que a mí me encuentren viendo una serie o película con protagonistas adolescentes tiene que ocurrir un milagro o una pandemia. En este caso, el milagro ocurrió: un señor de 76 años que odia las series casi tanto como a los adolescentes me recomendó Derry girls, así que con cierta apatía me vi obligada a ver esta serie cuyas tres temporadas devoré en dos días. Derry girls es todo lo que podemos esperar de una serie de adolescentes de Netflix pero es mucho más. Sus personajes son estereotipados y planos, cada uno es una exageración, como si fueran pitufos y, a pesar de todos los cambios que ocurren a su alrededor, permanecen iguales a sí mismos. Podría decirles que esto no importa porque el fuerte de la serie es su humor, las situaciones absurdas por las que pasan estos personajes y el ritmo con que tramas bastante complejas se desarrollan en poco más de 20 minutos. Eso en parte es cierto, porque además de la velocidad de los diálogos y el ingenio puesto en representar tanto la inteligencia como la estupidez, el montaje precipita conclusiones, resalta gestos y retrata personajes en solo unos segundos. Podríamos quedarnos con esto, con que Derry girls es una comedia ingeniosa que se sostiene por su ritmo impecable. Pero hay algo más.
Cada personaje permanece invariable porque los que cambiamos somos nosotros. Esta es una serie sobre adolescentes, pero no es para adolescentes. Lo más evidente es que las brevísimas tramas amorosas, tan habituales en la ficción adolescente, aquí son ridiculizadas. Incluso la protagonista, que en esas series suele buscar la identificación de los espectadores, en este caso es puesta en evidencia en sus ínfulas, en sus fantasías absurdas y hasta en su falta de talento. Todo esto es hecho con cariño, desde una mirada claramente adulta. Entonces, no necesitamos que los personajes evolucionen, no necesitamos esa curva, porque sabemos que eso ocurrirá después, cuando tengan nuestra edad. Miramos a las «chicas Derry» como miramos fotos de nuestra adolescencia, como algo que era y ya no es, porque, justamente, estas no son son adolescentes actuales, sino que la serie está ambientada en los 90.
Y acá es donde está el otro elemento que le da una profundidad especial a esta ficción basada en hechos históricos: el proceso de paz en Irlanda del Norte. La primera temporada comienza con la llegada a Derry (ciudad cercana a Belfast) del primo inglés de una de las protagonistas. Si bien es el único varón en un colegio de mujeres, no lo discriminarán por eso, sino por ser inglés. Ver al joven inglés aterrorizarse con las fuerzas armadas omnipresentes que para las chicas son algo habitual es como ver turistas descolocados en nuestras realidades tercermundistas: no está bien, pero estamos acostumbrados. Recordemos que Irlanda del norte llevaba más de 20 años de conflicto armado, es decir que las adolescentes no conocían otra realidad. Por un lado, la serie aprovecha el odio entre irlandeses y británicos, entre católicos y protestantes, para desarrollar todo tipo de conflictos y situaciones cómicas. Por otro lado, eventos históricos tanto violentos como diplomáticos permiten un contrapunto entre la realidad particular de un grupo de adolescentes y la realidad de los adultos. El montaje, nuevamente, hace su magia. Si hay algún cambio en los personajes es justamente en el último capítulo en que, ya con 18 años, deben participar del plebiscito que definirá el futuro de Irlanda del Norte, y sus preocupaciones exceden las típicas de un adolescente.
Derry girls es una comedia que para hacer reír no necesitaría nada más que sus situaciones cómicas y su ritmo acertado. Pero, desde un espectador que se deje afectar por esa música tan familiar, puede convertirse en una mirada sobre la memoria misma, sobre los hechos históricos que hemos atravesado también desde latitudes lejanas, y también puede ser una mirada amorosa sobre los adolescentes que siempre están involucrados en fenómenos muy superiores a sus fuerzas (y muchas veces incluso a las nuestras).
Derry girls (2018-2022)
- Creación: Lisa McGee
- Dirección: Michael Lennox
- Fotografía: Oli Russell y Craig Dean Devine
- Edición: Lucien Clayton, Nigel Williams, Joe Randall-Cutler y Mark Williams
- Con: Saoirse-Monica Jackson, Jamie-Lee O’Donnell, Nicola Coughlan, Orla McCool, James Maguire y otros.
- Disponible en Netflix.
Las Brujas 
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