Payasos que van de Hamlet a Milei

Durante generaciones, una familia es encargada de recolectar las almas de las personas que van a morir, a partir de información que reciben directamente de Dios. La obra comienza cuando el más joven de la familia debe cumplir su primera misión. Este argumento podría ser una película de terror, una tragedia, un thriller o, si me apuran, una película de Wim Wenders, pero es una comedia de payasos. Absolutamente nada de lo que se cuenta en esta historia es gracioso por sí mismo, pero la forma de abordarlo convierte en comedia un argumento que no esquiva ningún tema por incómodo o aterrador que sea.

Cualquiera que se haya quedado dormido viendo stand up o que haya intentado hacer reír a sus amigos sabe que el humor es difícil, requiere de cierta complicidad con el público, la cual se forma a lo largo de años (con los actores que conocemos de siempre) o como mínimo a medida que avanza el espectáculo. Sin embargo, en esta obra ocurre de forma instantánea (les juro que no soy yo, todo el mundo se reía a los dos minutos de empezar). Sospecho que la forma en que logran acortar el puente de la complicidad es la absoluta honestidad con que se presenta la ficción: un actor que salta de un personaje a otro, de una caracterización absurda a la siguiente, como ocurre aquí, se está mostrando como actor. Puede parecer contradictorio que haya una tranquila naturalidad en actuaciones exageradas, pero esto se logra porque nadie espera que nos creamos lo que está pasando, nadie intenta engañarnos. El suspenso es reemplazado por giros argumentales que los personajes nos ayudan a anticipar. Además, no se trata solamente de una historia cerrada en sí misma, sino que hay múltiples referencias a personajes literarios, estereotipos sociales y hasta la realidad que los actores comparten con el espectador. Así, sospecho, es como se logra esa complicidad que parece tan natural, porque todos, en la escena y en la platea, estamos metidos en el mismo barco.

Limbo (familia muerte)

  • Dirección y coordinación de dramaturgia: Lisandro Penelas
  • Con: Pablo Cano, Mariana Eramo, Sebastián Fernández Castaño, Emiliano Maitía, Ximena Munguia, Bárbara Naveira, Emilio Ramon.
  • Dónde: Moscú teatro. Ramírez de Velasco 535. CABA.
  • Cuándo: 2 y 9 de noviembre de 2024, 21 hs.

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