El imaginario popular posiciona a las estrellas de cine como seres inalcanzables, bendecidos con fortuna y talento, con un mundo de lujos y sofisticación a sus pies, alejados de la realidad del hombre promedio. El documental Elizabeth Taylor: las cintas perdidas, intenta desmitificar a la mujer detrás del ícono, a partir de grabaciones inéditas de entrevistas a la propia Liz durante la década del ‘60.
En ese sentido, la actriz va reconstruyendo su historia y su camino al estrellato y fama mundial. Con voz dulce y melodiosa, el relato en off nos conduce cronológicamente por su vida, sus amores, sus dolores. Parece que estamos ahí sentados con ella oyendo la conversación, fumando un cigarrillo, como íntimos interlocutores. Se suman otros testimonios, otras voces sin rostro de amigos cercanos que fueron parte de la vida de Liz. El infinito registro visual de fotos y extractos de películas, además de filmaciones caseras y de backstages completan perfectamente el relato y humaniza a aquellas estrellas que no parecen humanas.
La película aborda así ciertos rasgos desconocidos de su vida; su vulnerabilidad e inseguridades. Taylor parecía haber nacido para ser estrella y desde muy pequeña logró ser protagonista. Debido a su belleza, a un carisma particular que se potencia en la lente, a un magnetismo innegable, conquistó al público y a la prensa. Sufrió siempre el estigma de que no la consideraran actriz sino estrella de cine, y eso mismo fue lo que la impulsó a tener una personalidad más contundente, a elegir sus papeles, defender sus contratos y crecer artísticamente. Una romántica, pasional, que pudo formar su familia, a pesar de sus relaciones tormentosas y del asedio sistemático de los paparazzis. Ella sólo quería actuar, no quería ser del público ni vivir bajo el juicio y la condena de la sociedad.
Si bien el relato preponderante aborda su vida hasta su madurez artística, todo lo que vino después es construido como un repaso un tanto edulcorado sobre el declive de su carrera, sus adicciones, sus últimos dos matrimonios. El epílogo optimista nos permite ver a la estrella encontrando su ikigai, convirtiéndose en una referente de los derechos de la comunidad LGBT y de la lucha contra el HIV, como una forma de volcar todo el amor que siempre persiguió, y dejar así un legado.
En esta era donde la tecnología y las redes sociales nos acercan mucho más a nuestros ídolos, este documental es una interesante propuesta para revisitar la época dorada de Hollywood, donde los estudios de cine eran la cuna de la industria, donde las estrellas de la pantalla eran la representación de un sueño al que tantas personas anhelaban llegar. Una institución que el tiempo y la posmodernidad fueron transformando y que hoy ya es una cosa de un pasado lejano y esplendoroso.

Elizabeth Taylor: Las cintas perdidas (Elizabeth Taylor: The Lost Tapes, 2024)
- Dirección: Nanette Burstein
- Fotografía: Darren Lew
- Música: Logan Nelson
- Disponible en HBO Max.


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